<<Mi familia no era lo único raro que tenía. También era raro que Hanada quisiera vestirse de mujer, o que Mizue estuviera en mi habitación a aquellas horas de la noche. Era raro que acabara siempre amaneciendo, y que el sol siempre se escondiera>>.
Hiromi Kawakami, Algo que brilla como el mar.
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Vamos a la kikiball. ¿Cómo? A la kikiball, van a estar algunas de las @houseoftupamaras. Entendí, con entusiasmo, de qué me estaban hablando. Alisté dos rollos, eché la cámara. Fue una contienda fabulosa, violenta sin perder nunca el glamur. Más de una vez vi amagues de patadas voladoras con tacones. Estaba por terminar 2019: fue la mejor idea asistir esa noche de diciembre a Odeón, en la Avenida Jiménez. Tocaron las Lady Cobra. Los cuerpos, hacia el final de la noche, caían con todo su peso sobre una pierna doblada, apenas sostenidos por una rodilla elástica mientras el maestro de ceremonia repetía con gracia: “Mantén la pose para mí”. Los arcos intensos hechos con las espaldas: los brazos extendidos. Una amiga concursó con el seudónimo Naviputa y sus salidas fueron emocionantes. Las fotos a color las tomé con un rollo Agfa 100 forzado a 400, las blanco y negro con Ultrafine rebobinado.